Si me levanto temprano
fresca y curada
clara y feliz
y te digo: «voy al bosque
para aliviarme de ti»
sabes que dentro tengo un tesoro
que me llega a la raíz.
Si luego vuelvo cargada con muchas flores
(mucho color)
y te las pongo en la risa,
en la ternura, en la voz,
es que he mojado en flor mi camisa
para teñir su sudor.
Pero si un día me demoro, no te impacientesyo volveré más tarde.
Será que a la más profunda alegría me habrá seguido la rabia ese día...


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